Percepción del Público sobre el Cuerpo Escénico
El cuerpo escénico es ese que representa
en un espacio hechos, a través del organismo que siente, comunicando y
expresando esas realidades, complementando esto con las artes corporales, lo
que hace que deje de ser una entidad cotidiana transformándose a algo más, que
lo separa por un grado de quien lo observa.
El cuerpo que siente y se expresa inicialmente de una forma espontánea
puede asimismo representar aspectos más concretos o más abstractos de la
realidad estructurándolos en un proyecto escénico. (Castañer; Lopéz; Grasso; Motos; Mateu y Sanchéz, 2006). Los autores refieren a que toda acción
nace de la naturalidad, tomando estas cosas pueden establecer movimientos bien
claros o indeterminados creando así la escena.
Meyerhold
consideraba el cuerpo como máquina y el actor como maquinista, en esto basando
el desarrollo del actor en la composición escénica, así se empezó a dar
importancia al movimiento dentro del trabajo del intérprete. (Bernal, 2004). Cuando se habla de
importancia al movimiento en escena, nos remontamos al teatro donde la palabra
era el protagonista y no el cuerpo, y aunque Meyerhold habla del cuerpo como
máquina, el establece aprender a usarla ya que el actor no la empleaba.
La imagen del hombre brechtiano debe proceder de una crítica de las
propias estructuras sociales y de la situación del hombre en las mismas.
(Bernal, 2004). Al hablar del cuerpo dentro de las creencias
brechtianas, vemos una clara transformación de este desde el mensaje a
transmitir al espectador, ya que todo tiene un porqué y un para qué, con una
clara transformación de la conciencia, a través de lo presentado al público.
Pues bien las artes escénicas son aquellas acciones expresadas por el
cuerpo de un modo particular en un tiempo y lugar determinado, pero faltaría un
elemento fundamental para completar esta fórmula, mencionar a quien observa: el
espectador. (Prieto; Naranjo y García, 2005). Tan importante como el cuerpo en escena, como el que puede percibirlo,
sin el receptor no se puede enviar ningún mensaje, a través del canal del
intérprete.
De esta forma se observa como el cuerpo, bien sea considerado, un
mensajero, una máquina, un elemento parte del trabajo actoral, siempre es
importante, el hecho de que es lo que interpreta y como lo percibe el
espectador, siendo tomado por algunos autores como parte primordial dentro del
desarrollo de un ejercicio escénico, ya
que el trabajo es para alguien no para nadie; siendo la variable que se
puede percibir dentro de los trabajos, como decía Brecht “en cada época los hombres se entretienen con distintos motivos”.
Ahora bien remontándonos al
público, se cuestiona, como percibe esté el organismo en movimiento que le está
dando una información acerca de algo desde un espacio dimensionado, que puede o
no romperse dependiendo de la tendencia que se lleve en el montaje; pues bien
los espectadores son seres humanos en estado de reposo corporal, observando un
acontecimiento realizado por otros seres iguales o no iguales a ellos, que los hacen
sentir y vivir de una manera determinada, entonces lo propio de la mirada radica en la objetivación de una libertad,
aunque el individuo no se presencie corporalmente, es en este sentido que
Sartre reduce el cuerpo a símbolo de la propia objetividad, y sin embargo no
hay más realidad humana que la corpórea (Riús, 2005) y aunque se hable de que la máxima
percepción está en la corporal vemos como Körper plantea que las implicaciones dadas en la experiencia
del otro no es como el conjunto de implicaciones de cualquier otra experiencia;
pues en la experiencia del otro yo sólo puedo realizar, es decir percibir
efectivamente lo concerniente al cuerpo del otro, mas nunca puedo percibir o
realizar lo que corresponde a su vida subjetiva, su campos sensitivos, su
vivencia, su personalidad; sin embargo, siempre están todos esos aspectos
implicado en la percepción de su cuerpo. (San Martín, 1987) Por lo tanto el cuerpo en escena interpreta corporalmente lo que en su
psiquis desarrolla, y aunque el público en estado pasivo está condicionado por
su propio ser, y no puede saber que sucede dentro de quien observa, puede creer
percibir a través del lenguaje corporal que maneja el intérprete lo que este le
quiere transmitir.
El intérprete usa su cuerpo
como lienzo para representar otro ser que no es él, transformando su lenguaje
corporal más no su anatomía, de esta manera cambiando en su cuerpo el
personaje, dándole así al público material para percibir lo que interpreta y no
al ejecutante.
El arte representa hechos y
pensamientos de la vida a través de él, creando así un nexo directo con las
emociones, recuerdos y pensamientos del espectador, así vinculando a éste con
una identificación personal, llevándolo a ser parte de ese mundo creado en la
escena, de esta forma apreciando el cuerpo escénico, ese cuerpo ejecutante
desde su subjetividad.
Pues es así, como lo real según
Lacan no tiene nada que ver con lo que en
lenguaje corriente referimos con la palabra realidad. En todo caso, lo real
sería justamente aquello que está excluido de la realidad, lo que carece de
sentido, la dimensión de lo que no encaja, de lo que no podemos situar. Lo que
normalmente llamamos realidad sería el resultado de una especie de
entrecruzamiento entre lo simbólico y lo imaginario. (http://psicopag.galeon.com/lacan.htm) Pues en cuanto a la percepción del cuerpo en escena, se observa como para
cada quien es distinto, ya que lo que espera individualmente cada persona en el
público se sitúa en su imaginario, y luego lo que va a recibir lo simbolizara a
través de sus vivencias, por lo tanto la realidad que va a crear va a ser
totalmente distinta a la que el interprete da a conocer y a lo que otro ser de
los observadores interprete. Y si bien según la concepción lacaniana el símbolo sale de lo imaginario y vuelve a
él en cierto sentido. Al principio, la imaginación se comprendía como algo
vinculado con el narcisismo del yo, luego como algo que se encuentra bajo el
dominio de lo simbólico, por último como algo que establece un puente entre lo
simbólico y lo real “imposible”(Lacan con los filósofos, 1997). Así es como el interprete quien sabe según sus conocimientos como se
mueve y ve en escena, pero realmente no se puede percibir desde la realidad,
sino desde el recuerdo de su ensayo y entrenamiento frente a un espejo; a
diferencia del público que tiene un paso diferente a éste, ya que desarrolla
una expectativa ya antes nombrada, generando toda esa ola de pensamientos e
interrogantes acerca de lo que se le va a mostrar en la escena pero rompe con
ello al momento de ver la muestra, creando en si mismo símbolos y realidades
que tocan sus emociones.
Cuando se habla del arte como parte de la vida, o el arte
como representación de la vida, se observa como Wagner plantea que las representaciones
artísticas deben ser un lugar de expresión inmediata de la conciencia y que el
arte no se introduce a lo social, sino que al contrario intenta asimilar al
público en su interior (Sánchez, 1992). Brecht también planteaba que unir
un criterio estético y político al mismo tiempo, permitía luchar por una
transformación social, dentro de la representación artística. (Pellettieri, 2007) Ahora se observa como Mauss traza que el arte se convierte en ejemplo de
la evolución de toda nuestra sociedad (Smith y Cardona, 2002) pero se consigue que Umberto Eco dice que el público que asiste ahora las
representaciones no analiza el problema humano que se les está presentando sino
las virtudes de los cuerpos en movimiento dentro del recuadro del escenario, perdiendo
así la fascinación de las ideas y pasiones que se llevan a cabo (Serrano y Gil, 2003).
Por lo tanto si bien el arte
escénico, representado a través de un cuerpo que es el canal de comunicación
entre la mente del autor y la mente del público, no era observado como cuerpo
sino como elemento transformador del pensamiento, pero existe que muchas veces
se pierde el sentido de la comunicación y el público no está conectado con el
concepto presentado, sino con la virtuosidad del artista en escena; aunque al
analizar las teorías planteadas se da a conocer que el arte es un elemento
convertidor de pensamientos, por lo tanto es un factor de cambio social, y
aunque el mensaje no llegue en ciertos casos, sino que llega es la virtuosidad
del cuerpo, de igual forma transforma la mente del que observa que compara su
cuerpo con el que está en la puesta; así que de manera física o mental siempre
el arte va a ser un ente transformador.
En conclusión el público
percibe al cuerpo escénico como un elemento transformador, relacionándolo
consigo mismo y llevándose un nueva idea sembrada, bien sea física o
mentalmente; por esto se ve como el arte es un medio de expresión que puede
convertir desde su entretenimiento a una sociedad entera.
Fuente: Vincenza Primera Simonaro
No hay comentarios:
Publicar un comentario