Ritmo de Otoño
Jackson
Pollock
Ritmo de Otoño
Jackson
Pollock
“Ritmo de otoño” es una obra creada por el artista plástico estadounidense Jackson Pollock en el año 1950. Pollock fue uno de los artistas precursores de las técnicas “action-painting” y “dripping” las cuales han sido encasilladas en la tendencia “expresionismo abstracto”.
A continuación… mi opinión y mi argumento acerca de la obra “Ritmo de otoño”, ya que la misma ha llamado mi atención puedo escribir que aunque no es una de la obras de gran renombre de Pollock, es una obra elemental para la descripción del estilo impuesto por este artista americano, ya que la misma está construida de retazos violentados y torbellinos líquidos sin dejar de mencionar el goteo a cataras de pintura, en una croma neutra se resaltan el blanco y el negro y por otra parte le contrarresta un color calabaza, todo esto en un fondo o lienzo color crema.
Todas estas figuras asimétricas o desfiguradas evocan en mi varios pensamientos como por ejemplo: El ruido y bullicio de una ciudad cosmopolita, con sus luces de trafico a gran velocidad, masas de gente que van y que vienen pero a su vez “ritmo de otoño” me encierra en un pensamiento paralelo y este es toda su contrariedad al anterior, puesto que al observar la pintura y su textura, vienen a mi mente instintos básicos una violencia de las cavernas. Como si fuese un grabado cavernícola en la cual se representan animales y humanos en lucha, caza o en una juerga primitiva. Ritmo de otoño es una danza hecha y plasmada en lienzo.
Al analizar estas canalizaciones sensoriales pensantes, noto que la obra obviamente pertenece al arte moderno, pero las dos variables pensantes que expuse anteriormente se implican perfectamente. La técnica de Pollock es totalmente instintiva y efectivamente hay una violencia contra el lienzo.
Además Pollock danzaba al crear sus pinturas el cuerpo estaba involucrado en movimiento, se desprendía de lo convencional por lo tanto su arte fue nuevo e innovador en la época. Lo primitivo y lo moderno van de la mano en la pieza de Pollock que encajan si observamos sintiendo. En conclusión los sentimientos primarios del ser humano son vivenciados en las mejores obras de un artista.
A continuación… mi opinión y mi argumento acerca de la obra “Ritmo de otoño”, ya que la misma ha llamado mi atención puedo escribir que aunque no es una de la obras de gran renombre de Pollock, es una obra elemental para la descripción del estilo impuesto por este artista americano, ya que la misma está construida de retazos violentados y torbellinos líquidos sin dejar de mencionar el goteo a cataras de pintura, en una croma neutra se resaltan el blanco y el negro y por otra parte le contrarresta un color calabaza, todo esto en un fondo o lienzo color crema.
Todas estas figuras asimétricas o desfiguradas evocan en mi varios pensamientos como por ejemplo: El ruido y bullicio de una ciudad cosmopolita, con sus luces de trafico a gran velocidad, masas de gente que van y que vienen pero a su vez “ritmo de otoño” me encierra en un pensamiento paralelo y este es toda su contrariedad al anterior, puesto que al observar la pintura y su textura, vienen a mi mente instintos básicos una violencia de las cavernas. Como si fuese un grabado cavernícola en la cual se representan animales y humanos en lucha, caza o en una juerga primitiva. Ritmo de otoño es una danza hecha y plasmada en lienzo.
Al analizar estas canalizaciones sensoriales pensantes, noto que la obra obviamente pertenece al arte moderno, pero las dos variables pensantes que expuse anteriormente se implican perfectamente. La técnica de Pollock es totalmente instintiva y efectivamente hay una violencia contra el lienzo.
Además Pollock danzaba al crear sus pinturas el cuerpo estaba involucrado en movimiento, se desprendía de lo convencional por lo tanto su arte fue nuevo e innovador en la época. Lo primitivo y lo moderno van de la mano en la pieza de Pollock que encajan si observamos sintiendo. En conclusión los sentimientos primarios del ser humano son vivenciados en las mejores obras de un artista.
Fuente: Paola Saavedra
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